La historia de la casa Marc

íntimamente vinculada con la historia de Francia, está también a su imagen: noble de corazón y de espíritu.

Su historia arranca ya desde 1626, cuando el Ilustrísimo Señor François de Baradat, rico propietario de una finca vitícola en Fleury-la-Rivière, en Champagne, que era el favorito y primer gentilhombre del rey francés Luis XIII, se ve condenado al exilio por Richelieu por sur intrigas amorosas, y por haber provocado en duelo al marqués de Séguier. Señor de Fleury-la-Rivière, François de Baradat se vuelve entonces a sus tierras, famosas en aquel tiempo por sus vinos tintos, antes de recobrar el favor del Rey a la muerte de Richelieu. Cuando volvió a la corte, legó sus dominios; y ésta es la herencia del Champagne Arthur Marc.

A su manera, la Casa Marc celebra la naturaleza apasionada de aquél legatario excepcional adornando sus añadas con un medallón que entrecruza el hierro, iluminado por un sol deslumbrante, símbolo de la realeza.

"De la riqueza de la tierra nace la riqueza aromática de los champagne Marc."

Instalada en Fleury-la-Rivière, a los confines del Valle del Marne, y a sólo unos pasos de Epernay, la Casa Marc se beneficia de un terruño insólito, propicio para la crianza de vinos excepcionales. Sus viñedos viejos de treinta años, enraizados profundamente en un suelo de arcilla y de calcáreo, se complacen con un sol bienhechor, que va bañando sus vertientes con luz y llenando sus frutas de azúcar y de aromas generosos. Pinot noir, Chardonnay, Pinot Meunier, las tres variedades de cepas de la región de Champagne están allí representadas, y eso le permite a la Casa crear cuvées tan ricas como variadas. Para crear buenos vinos de Champagne, primero hay que tener buenas uvas, y por eso la Casa Marc ha ido programando un cultivo razonado, para proteger la tierra que así le da sus mejores frutos

Rendimientos bajos, vendimias minuciosas…, ¡nunca transigimos con la calidad de nuestro Champagne !